La codependencia
No existe familia que no se vea afectada cuando uno de sus miembros sufre una adicción. Paradójicamente, en muchos casos, la familia afectada por la adicción termina produciendo un sistema de conductas que apoyan al desarrollo y mantenimiento de esta. A esto lo conocemos como codependencia.
La codependencia
Una de las situaciones más típicas que puede darse en la familia del adicto es la codependencia. La codependencia es el estado de pensar, sentir y actuar por el cual la persona está tan obsesionada con la idea de hacer que el adicto deje su adicción, que se olvida de cuidar sus propias necesidades. Vive a través del adicto, y pierde su propia identidad con el último fin de lograr controlar al adicto.
Definimos la codependencia como el ciclo de patrones de conducta y pensamientos disfuncionales que producen dolor y se repiten de manera compulsiva. Son la respuesta a una relación enferma y alienante de un familiar con un adicto. Esta relación puede darse en todo aquel que este en contacto con la adicción de otra persona, ya sea su pareja, un compañero o un amigo de este, sus hijos u otros familiares.
La drogodependencia es una enfermedad que no solo afecta al adicto a la sustancia, si no a la familia que rodea al afectado. Situación que acaba provocando una gran disfunción en el funcionamiento general del núcleo familiar.
Además del deterioro familiar debido al desgaste de la convivencia con un dependiente, en muchas ocasiones la familia desarrolla patrones de comportamiento y pensamiento disfuncionales que causan un gran malestar y que se repiten de forma compulsiva. Esta situación nace de la relación tóxica con el adicto.
La persona codependiente
Se trata de personas que anteponen las necesidades de los demás a las propias, lo que en relación con un adicto químico resulta insostenible al verse el codependiente completamente arrastrado por los problemas del drogodependiente. Esta situación, aunque se da también fuera del contexto de la drogodependencia, es un agujero de malestar en cualquier familia que este conviviendo con un adicto.
Estas actitudes desarrollan un patrón de relación que tiende a mermar la autoestima del codependiente. Ya que esta basa el bienestar en los cambios que intenta realizar en las personas de su entorno, en vez de en uno mismo, siendo esto muy frustrante al no verse cumplidas las expectativas.
En muchas ocasiones la adicción se ve reforzada de forma involuntaria por la actitud del codependiente. Ya que la extrema dedicación de un miembro de la familia a las necesidades del adicto actúa como reforzador de la adicción, dificultando en muchas ocasiones la superación de la enfermedad.
Se ha visto que, en familias con este tipo de problema, la búsqueda de ayuda profesional tanto para el dependiente como para el codependiente genera un pronóstico de cura mayor que solo centrar los recursos en la cura del adicto.
Las conductas del codependiente son una respuesta desadaptativa al proceso adictivo, pero además se convierten en un factor clave en la evolución de la adicción, ya que promueven el avance en el proceso adictivo. Esto se conoce como facilitación. El codependiente acaba perdiendo el control de su propia vida e invirtiendo toda su energía en el enfermo.
La paradoja de la lucha de control
La paradoja de la lucha de control es que el que trata de controlar a una persona, depende de ella, y el que está siendo controlado, depende a su vez, de la persona que controla. El control no libera, sino que encarcela al controlador y al que se está controlando.
Así ocurre al codependiente que vive con el adicto. Este pierde su identidad al punto de descuidar sus necesidades personales, reprime tanto sus emociones, que deja de saber lo que verdaderamente siente, se ajusta tanto a las necesidades del adicto, que olvida lo que le gusta, o lo que quiere.
Debe tener mucho cuidado en todo lo que dice, siente y hace, para no molestar al adicto. Pierde la capacidad de concentrarse en su trabajo, siempre está preocupado, pensando y supervisando al adicto.
Deja de entretenerse en sus momentos de relax, pasa su vida tratando de adivinar lo que el adicto piensa, siente, o quiere hacer, para adelantarse a él y bloquear la posibilidad de que logre usar la droga.
Por todos estos motivos, las personas que han vivido en una familia con adicto pueden necesitar la ayuda de un psicólogo para superar estos problemas y poder mantener relaciones sanas y normales en la edad adulta.
Características de la codependencia
1.- Hipertolerancia: Capacidad de soportar emociones o situaciones que otras personas no tolerarían durante un tiempo prolongado, que en situaciones normales no se tolerarían.
2.- Sobreprotección: que hace que el codependiente se responsabilice del adicto e incluso llegue a mentir por él.
3.- Una necesidad excesiva de control: necesidad de controlar y rescatar al drogodependiente, que lleva al codependiente a solucionar todos los problemas del enfermo.
4.- Pérdida de límites que le hace renunciar a sus propias necesidades: El codependiente se responsabiliza de las necesidades de los demás desatendiendo las propias.
5.- Baja autoestima, miedo al abandono
6.- Funcionamiento en espejo: necesidad de que la otra persona esté bien para estar bien. si el adicto está bien yo estoy bien, pero si él está mal yo estoy peor.
7.- Tomar el bienestar de los demás como una obligación propia.
Conclusiones
Al igual que la adicción se puede tratar puede hacerse lo mismo con la codependencia. La psicoterapia, los grupos de autoayuda o las sesiones de terapia familiar pueden ayudar al familiar codependiente, lo que va a suponer un gran avance en el tratamiento del adicto también.
Por todo esto, en Síndrome Adicciones llevamos a cabo un tratamiento integral de la persona enferma y ayudamos a la familia a lidiar con la enfermedad. Contamos con una unidad especializada en el tratamiento familiar de las adicciones, que se encarga de ayudar al núcleo familiar a afrontar la recuperación del adicto y a sanar los traumas emocionales que esta situación les haya podido generar.