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Qué es y qué hacer en caso de intoxicación etílica

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El alcohol es la droga más consumida en todos los tramos de edad, en ambos sexos y en casi todos los grupos sociales. Además, en los últimos años ha aumentado su consumo y han cambiado sus tradicionales formas del mismo. Los botellones son cada vez más habituales con el consiguiente riesgo de producir una intoxicación etílica. El consumo de alcohol en la adolescencia es uno de los grandes dilemas, y son estos adolescentes los que corren más riesgo de sufrir una intoxicación de este tipo. En el articulo de hoy vamos a explicar qué es y que hacer en estos casos.

La intoxicación etílica

La intoxicación etílica no se produce debido a que el producto ingerido esté en mal estado, sino por un exceso desmedido en la ingestión de alcohol. Además, paradójicamente, una intoxicación etílica suele producirse bajo el consentimiento previo del afectado.

Después de una o dos copas, se empiezan a notar los primeros efectos del alcohol sobre el cerebro. Dificultad para caminar, visión borrosa, reacciones lentas o memoria deteriorada son algunos de los efectos que experimentamos ante el consumo puntual de alcohol.

Dependiendo de la dosis ingerida y de otros factores individuales, las fases por las que atraviesa una persona en esta situación son las siguientes:

  1. Fase de euforia y excitación. Locuacidad, euforia, desinhibición y conducta impulsiva son algunos de los efectos de 0.5g/L de alcohol en sangre.
  2. Intoxicación. Cuando la cantidad de alcohol en sangre aumenta, se empiezan a ver los efectos producidos por el alcohol en el sistema nervioso. Se pierde la capacidad de coordinar los movimientos, lo que produce el desequilibrio típico en estos casos. El alcohol produce efectos depresivos y una aparente sensación de calor al dilatarse los vasos cutáneos, pero lo que ocurre realmente es la pérdida de calor del organismo.
  3. Fase hipnótica o de confusión. Tasa de alcoholemia: 2 g/L. Irritabilidad, agitación, somnolencia, cefalea. También son frecuentes las náuseas y vómitos.
  4. Fase anestésica o de estupor y coma. Tasa de alcoholemia: 3 g/L. Lenguaje incoherente; disminución marcada del nivel de conciencia (obnubilación y coma) y del tono muscular; incontinencia de esfínteres son algunos síntomas que se observan cuando la tasa de alcohol en sangre supera los 3g/L.
  5. Fase bulbar o de muerte. Tasa de alcoholemia: 5 g/L. Shock cardiovascular. Inhibición del centro respiratorio. Parada cardio-respiratoria y muerte.

No es frecuente que una intoxicación etílica llegue a la fase bulbar o de muerte. De echo, la mayor parte de los efectos del alcohol sobre el cerebro se resuelven rápidamente cuando se deja de beber. Para saber más sobre las borracheras, no os perdáis algunas recomendaciones para casos de intoxicación etílica.

 

 

Qué hacer en caso de intoxicación etílica

La clínica de la intoxicación etílica aguda la podemos dividir en cuatro fases:

1) Primer grado o menor:  Euforia, verborrea, sensación de omnipotencia.  No sensación de fatiga o cansancio.  Sensación subjetiva de aumento de reflejos.  Incoordinación. Consumo: 0,5 – 0,8 g/1000 (1 l de cerveza o 3/4 l. de vino de 12°).

2) Segundo grado:  Reflejos alterados, torpeza motora, mayor irritabilidad.  Disforia, verborrea, incoherencia, pararrespuestas.  Desinhibición e impulsividad molesta y peligrosa. Consumo: 0,8 – 1,5 g/1000 (1,5 l).

3) Tercer grado:  Aumento de peligrosidad, disartria, ataxia. Frecuentes caídas, visión borrosa o doble.  Conducta agresiva. Consumo: 1,5 a 4 g (2-3 l).

4) Cuarto grado:  Depresión del sistema nervioso central y a veces la muerte. Consumo: más de 4 g.

Hay algunas ocasiones en las que la borrachera llega más lejos de lo deseado. En estas situaciones se hace necesario actuar con el fin de evitar una grave lesión o incluso un desenlace fatal.

Cuando nos encontramos con una persona con una alta alcoholemia podemos realizar las siguientes maniobras:

  • Intentar provocar el vómito del alcohol sin metabolizar del organismo.
  • Tumbar a la persona de lado, para evitar una obstrucción o atragantamiento en el caso de sobrevenir el vómito.
  • Evite que la persona se quede dormida. Solo se debe dormir cuando la crisis haya pasado.
  • Ofrecer al afectado una bebida azucarada para prevenir la bajada de azúcar que se produce en el organismo ante una intoxicación etílica.
  • Abrigar al sujeto. El alcohol funciona como un vasodilatador, es decir, consume calor y provoca una bajada de temperatura en el organismo.
  • Colocar paños húmedos y fríos en la cabeza del afectado.
  • Trasladar al intoxicado a un centro sanitario si este pierde el conocimiento.

Por otro lado, no es conveniente ofrecer al afectado leche o alimentos grasos que favorezcan la absorción del alcohol. Tampoco es adecuado hacer andar al sujeto, lo mejor es que este permanezca tumbado y despierto. Por último, hay que tener en cuenta que el alcohol puede transformar el carácter de una persona y hacerlo más violento, por lo que no es adecuado dirigirse a alguien intoxicado de manera brusca.

 

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