Cómo saber si eres adicto a las compras
En la sociedad del consumo es cada vez más habitual encontrar casos de adicción a las compras. La sociedad moderna es una sociedad de riesgo en este sentido. Entre el bombardeo de publicidad, de ofertas y de períodos donde se anima más a comparar y el hecho de llegar a casa cargados de bolsas, cómo podemos saber si somos adictos a las compras. A continuación te damos algunas claves para saber si eres adicto a las compras.
Cómo saber si eres adicto a las compras
La palabra adicción se utiliza en el lenguaje coloquial de una forma banalizada. La adición a las compras tiene su propio nombre: Oniomanía. Tener una adicción de este tipo pertenece al grupo de adicciones sin sustancia o adicciones invisibles. Esto quiere decir que no es que repitamos una conducta demasiado sino que se ha desarrollado un trastorno de la conducta. ¿Cómo reconocer que esta actividad cotidiana se ha convertido en una enfermedad?
Se puede compra mucho y comprar de una forma agradable, racional, reflexiva, meditada. Hacerlo de la manera contraria puede convertir la vida de alguien en un auténtico infierno. El paciente desarrolla un trastorno psicológico que llega a anularle.
A veces va asociada al desarrollo de otras adiciones con sustancias como la adicción a la cocaína o/y al alcohol. Pero otras veces, aparece sin mediar el consumo de drogas. Desde que hay más facilidades de compra online, ha aumentado su protagonismo como adicción estrella. Con la normalización del acceso a Internet, no solo se ha revolucionado el sector empresarial, sino también la forma de consumir compras como una patología.
Características de esta adicción
Muchas de estas características se asemejan a las adicciones con sustancia (como la cocaína o el alcoholismo):
1. Se realiza porque se tiene una necesidad de comprar
Esta necesidad se ha creado a partir de una implicación racional, la importancia que se le da a adquirir productos y de una implicación emocional, porque da placer. Hay un pensamiento materialista que es un factor de riesgo de esta adicción. El materialismo inherente en la conducta: se identifica la felicidad con lo material.
2. Se realiza la conducta por un deseo impulsivo
Se compra de forma apresurada, poco reflexiva y de manera espontánea. Por tanto, se puede juntar con productos absurdos, compra de ofertas que no se necesitan y un sinfín de despropósitos. Según el nivel económico, se puede desarrollar una dependencia a comprar objetos de lujo o a relacionarse desde el victimismo de que se podrían tener si uno tuviera mas dinero.
Por esto, hay una falta de control, una ausencia de toma de decisiones.
3. Hay una ilusión de control
Justifican su conducta porque además no se está haciendo nada perjudicial para la salud. No se está consumiendo ninguna sustancia dañina, ninguna droga, ni se está haciendo nada malo, no hay una infidelidad, no hay un conducta sexual inapropiada, no hacen daño a nadie, otros lo hacen peor porque se van de casa por días, etc. Se autoengañan con el razonamiento de que pueden parar cuando no necesiten comprar más.
4. Aparece la ansiedad si no se realiza esta conducta
El síndrome de abstinencia sería un cuadro de ansiedad acompañado del nervosismo causado por los pensamientos irracionales que bombardean al adicto. Frases que su cabeza repite para que finalmente, se vaya de compras o realice esa compra que se ha instalado obsesivamente en su cabeza.
5. La repetición excesiva de la conducta tiene consecuencias desagradables
Hay un pequeño alivio rápido, que al poco, según el grado de dependencia, se convierte en malestar por haber sucumbido y por el propio síndrome de abstinencia. Los sentimientos que aparecen son vergüenza, soledad, tristeza, temor, síntomas depresivos. Ya no se disfruta. Hay un subidón cuando se va a realizar la compra, pero luego viene el bajón. Por la aparición de la tolerancia, cada vez habrá menos subidón.
6. La ganas de comprar se despiertan por estímulos relacionados con las compras
La cabeza se activa y le dan ganas de consumir con señales asociadas a la actividad o a cómo la hago. Las luces de las tiendas, las luces navideñas, los anuncios publicitarios a pie de calle, la visión de un ordenador, ponerme mal viendo escaparates, etc.
7. Se realiza la compra aunque sepa que va a traer problemas
Se tienen afirmaciones como las siguientes:
- No tengo dinero, no me importa usar las tarjetas de crédito sabiendo que la deuda aumenta cada vez más y no voy a poder pagarla.
- Sé que voy a discutir con mi pareja cuando descubra esas cañas de pescar que nunca vamos a usar.
Como consecuencia, hay un deterioro de las relaciones sociales, familiares y laborales porque se descuidan, abandonan responsabilidades, se discute y trae problemas concretos. Recurrir a prestamistas es una forma de tocar cada vez más fondo.
8. Se desarrollan comportamientos propios de la drogadicción
- Mentir sobre los precios de los objetos o sobre dónde se ha estado.
- Realizar las compras a escondidas si es que hay alguien que controle.
- Esconder la mercancía para que no la vea la pareja o familiares.
- Manipular para conseguir ir a comprar. Provocar discusiones o estar siempre escapándose.
- Llegar a robar para poder pagar las deudas, si fuese necesario.
- Relacionarse desde el victimismo.
Conclusión
La situación es catastrófica. Hay que realizar un control de estímulos y un tratamiento adecuado. Al igual que para cada tipo de enfermedad hay un tratamiento, para cada tipo de adicción también lo hay. En Síndrome Adicciones contamos con la profesionalidad de Terapeutas formados en adicciones, quienes junto al trabajo de cada paciente, consiguen el objetivo de superar la conducta adictiva.