Tomar selfies ¿es un trastorno mental?
Los avances tecnológicos y el auge de las redes sociales han hecho que en la actualidad los selfies estén de moda para «inmortalizar ese momento«. Pero la fiebre por los selfies puede provocar un trastorno mental en aquellas personas adictas a tomar este tipo de fotografías. En el post de hoy hablaremos de los selfies y ese trastorno que pueden provocar.
Los selfies
La Asociación Americana de Psiquiatría confirmó que tomar selfies puede provocar una enfermedad mental. A este trastorno llamado ‘selfitis’, los expertos definieron como el deseo compulsivo de tomar fotos de uno mismoy publicarlas en los medios sociales, principalmente para compensar la falta de autoestima.
Un estudio reveló que quienes publican selfies de forma exagerada suelen tener relaciones más superficiales y peor sentido de la intimidad, y que es esta última característica la que aleja a las personas al trato “cara a cara” (vida “analógica”), para quienes la exposición pública debilita el vínculo afectivo que existe en la vida real.
Niveles del trastorno
La selfitis se puede catalogar en tres niveles de gravedad:
- Selfitis límite: sacarse fotos a uno mismo por lo menos tres veces al día, pero sin llegar a compartirlas en redes sociales.
- La Selfitis aguda: sacarse fotos a uno mismo por lo menos tres veces al día y luego publicarlas todas en redes sociales.
- Selfitis crónica: sacarse fotos a uno mismo sin control, cuando una persona se toma más de 6 selfies al día y los comparte en todas sus redes sociales en repetidas ocasiones.
Sin embargo, expertos aclaran que en los últimos años, especialmente para los “nativos digitales” (aquellos nacidos a partir de 1980), el concepto de amistad e intimidad ya no implica necesariamente presencia física. Por ello, son las personas jóvenes quienes con mayor frecuencia buscan la aceptación de la gente mediante redes sociales, de modo que publicar selfies puede ser contraproducente si no reciben la retroalimentación esperada, dañando así su autoestima.
La Asociación Americana de Psiquiatría insiste que aún no existe un tratamiento para este problema, sin embargo podría pensarse en terapia cognitiva-conductual para tratar la enfermedad.