Porros, ansiedad y otras consecuencias
Uno de cada 25 adultos de entre 15 y 64 años consume cannabis, según los últimos estudios. Muchos de estos consumidores creen que se trata de una sustancia natural, asociada a sentimientos de euforia, hambre o somnolencia. No obstante, no hay que olvidar que los porros son una sustancia psicoactiva y como tal, su consumo conlleva una serie de riesgos más o menos peligrosos para la salud. En el artículo de hoy hablamos sobre las consecuencias de fumar porros.
Consecuencias de fumar porros
La relación entre el uso de cannabis y el desarrollo de trastornos mentales ha sido puesta en el ojo de mira en los últimos años. Se han publicado numerosas investigaciones que relacionan el consumo de marihuana con diversas alteraciones a corto, medio y largo plazo.
Primeros consumos
Crisis de ansiedad, reacciones de pánico y aparición de síntomas psicóticos son los efectos adversos agudos que más a menudo se registran tras consumir marihuana, sobre todo en los primeros consumos. La ansiedad desencadenada por el consumo se asocia principalmente a la dosis, la edad de consumo y el estado psíquico del consumidor.
Hay que tener en cuenta que el hecho de que los porros hayan producido un ataque de pánico alguna vez aumenta las posibilidades de que produzcan más ataques en el futuro.
Generalmente, el consumo comienza en la adolescencia y alcanza su pico más alto en la veintena. Esta es la edad crítica para que el cannabis produzca ataques de pánico y otros trastornos relacionados con la ansiedad.
Consumo habitual
Cuando el consumo se hace regular, los problemas aumentan y pueden llegar a hacerse crónicos. Además del síndrome de dependencia, que se produce en uno de cada 10 consumidores, los fumadores habituales de marihuana o hachís tienen un riesgo considerablemente más alto de sufrir problemas respiratorios (bronquitis crónica) o trastornos psicóticos. También los trastornos cardiovasculares son frecuentes.
A largo plazo
A largo plazo, los porros también se han asociado con problemas como la depresión o la pérdida de capacidad cognitiva. No obstante, no se ha podido establecer relación de causalidad entre ambas circunstancias.
Las personas que abusan del cannabis muestran déficit de atención, memoria y aprendizaje verbal más frecuentemente que las personas que no lo hacen. Todavía no se ha demostrado si estos cambios se deben a un efecto agudo, residual o acumulativo de los porros. Tampoco está claro si la función cognitiva puede recuperarse tras dejar de consumir cannabis.
Otras consecuencias
Cuando la adicción se desarrolla a edades tempranas como en la adolescencia, estos jóvenes corren un riesgo mayor de sufrir problemas mentales en un futuro, y por supuesto su expediente académico se verá afectado.
Además, la adicción al cannabis provoca problemas de coordinación y la capacidad motriz se ve muy afectada, por lo que los consumidores de marihuana tienen un riesgo más alto de accidentes que los no consumidores, con el consiguiente peligro de lesiones y traumatismos.
A estas posibles lesiones se suma el hecho de que el consumo de cannabis puede llegar a reducir la densidad ósea y las fracturas de los huesos se vuelven más fáciles además de que los dientes se deterioran.
Por lo general, los consumidores de marihuana creen que les ayuda a conciliar el sueño debido a su efecto relajante. Esto es cierto en parte, pues también provoca trastornos del sueño como insomnio o desvelos en mitad de la noche. Además, muchas personas desarrollan una dependencia a consumir marihuana antes de acostarse, pues sin ello no son capaces de dormir.
El consumo de cannabis, también afecta al ciclo alimenticio de la persona adicta. Se producen trastornos de la alimentación debido a la gran ingesta de comida cuando se está bajo los efectos de la sustancia, seguida de una inapetencia cuando los efectos han desaparecido.
Otra de las graves consecuencias que puede ocasionar el abuso de la marihuana es la psicosis cannábica. Este tipo de psicosis se trata de un episodio psicótico parecido a los que acaban desencadenando esquizofrenia. Puede darse en cualquier fumador de cannabis, tenga riesgo por herencia de familiar con esquizofrenia o no. Si existe una patología, la enfermedad se acelera y los síntomas se potencian, pero si no hay patología, se puede desarrollar la enfermedad de igual forma. A pesar del peligro, en muchas ocasiones este cuadro puede ser reversible en el caso de las personas sin vulnerabilidad genética a la enfermedad.
Conclusión
Con esto no queremos decir que cualquier persona vaya necesariamente a desarrollar este tipo de enfermedades por el hecho de fumar cannabis. Ninguna enfermedad mental se explica como consecuencia automática de una única causa y siempre hay que valorar factores de tipo biológico, psicológico y social. No obstante, el consumo de marihuana, así como el de cualquier otra droga, aumenta sustancialmente las probabilidades de padecer un trastorno de este tipo.
En Síndrome Adicciones somos expertos en tratamiento de adicción al cannabis y conocemos de primera mano lo que esta sustancia puede llegar a hacerle a las personas. Si crees que sufres este problema, busca ayuda de inmediato.