15 consejos para mejorar la comunicación con tus hijos
Con nuestros hijos podemos charlar de todo. Es bueno con ellos de cualquier tema. Pero a veces nos parece que hablamos lenguas diferentes, que se encierran en sí mismos y no nos cuentan nada. A continuación, te damos algunos consejos para mejorar la comunicación con tus hijos.
15 consejos para mejorar la comunicación con tus hijos
Partimos de la base de que para tener una mejor comunicación con nuestros hijos necesitamos conocerlos. Deberíamos interesarnos por las cosas que son importantes para ellos. Para esto es fundamental pasar tiempo en su compañía y preguntarles, pero, sobre todo, escucharlos.
1.- No te hagas su colega
No lo eres, por más enrollado que seas. Está demostrado que los chicos evalúan como mejores a los que ejercen su rol de padres. Necesitan esta referencia y guía. Necesitan que los eduques.
2.- Estimula la cohesión familiar
Los lazos fuertes hacen que haya mayor seguridad afectiva. Si no pasas tiempo con ellos, realmente pensarán que no les importas y no te harán caso cuando les hables. Además, les hará más fuertes.
3.- No impongas tu opinión porque seas el adulto
No se trata de crear versiones de ti. No son tus mini yo. La idea es que los enseñes a razonar y sacar sus propias conclusiones. Escúchales.
4.- Porque yo lo digo…no sirve
Quizás cuando eran pequeños, pero ya no. Poner límites se puede argumentar. Explícales por qué se los pones. Es una forma de educarles en habilidades para la vida.
5.- Es bueno hacerles críticas constructivas y ofrecerse a colaborar para que mejoren en el futuro
La crítica es parte de nuestra vida en sociedad. Se reciben y se emiten. No es suficiente con ayudarles a cambiar las conductas criticadas, sino que hay que enseñarles a recibir y responder a las críticas.
6.- Enséñales a pensar positivo con tu ejemplo
Tienden a tener un crítico interno (como todos) que les dirá cosas como “nunca hago nada bien” etc. muéstreles que no es así. Elogiales y alábales cuando comiencen a hacer bien las cosas que queremos enseñarles, pero sin exagerar. Abusar de fenomenal, estupendo o maravilloso hará que no se fíen mucho. Con el tiempo, los puede ir reduciendo gradualmente.
7.- Dales gradualmente también las libertades y mayores responsabilidades
Confiar en ellos hace que confíen en ti para sus cosas. Pero no los interrogues después, dales su espacio.
8.- Se coherente entre el modelo que quiere enseñarles y su propia conducta
No uses tacos si no quiere que ellos no los usen, no consumas tabaco o alcohol delante de ellos si no quieres que ellos consuman, por ejemplo. No se puede educar haciendo justo lo contario. Entones entraremos a formar parte de lo que ellos suelen utilizar para desacreditarnos: la hipocresía social. Y no nos harán ni caso a partir de ahí.
9.- Ofrécete para ayudarles a resolver un problema
En el futuro acudirán a usted si les acompaña en el proceso de resolver los conflictos de una forma racional. Ayúdales a definir el problema, qué causas lo han originado, qué alternativas tienen y a escoger la solución.
10.- Controle sus emociones
No debemos ocultar las malas. No es necesario convertir nuestra vida en un paraíso artificial, pero sí, ante los problemas, mostrar autocontrol, dentro de los límites razonables. Las emociones negativas no se deben esconder. Hay que verbalizarlas, pero no dejarse llevar por ellas. Podemos expresar que estamos muy enfadados con ellos y cómo afecta, pero no necesitamos dejarnos llevar por la ira.
11.- La fuente de las emociones está en cómo pensamos, en las ideas que tenemos acerca de la cosa o de las personas
Es nuestra interpretación de sus acciones y opiniones lo que nos altera, no los sucesos en sí. Dialoga con ellos sobre esto. Educa a tus hijos en inteligencia emocional.
12.- No etiquetes, sobre todo a sus amigos o aficiones
Esto genera hostilidades y rencor y no sobre generalices. Si una vez hacen algo mal, tendemos a convertirlo en una generalidad, en su habitualidad con expresiones como “siempre que”.
13.- No hagas de adivino
A veces sacamos conclusiones precipitadas y no tenemos evidencia o les leemos los pensamientos porque “Yo, a tu edad…”. Además, recuerda que no hablamos el mismo idioma que ellos. Escúchale.
14.- No confundas tus propios deseos con exigencia ni seas extremista. Eso nos vuelve inflexibles. Llegar tarde 15 minutos un día no les convierte en un fracaso.
15.- Se puede mejorar la comunicación si en lugar de castigarles, les reforzamos y les enseñamos las consecuencias de lo que hacen mal.
Es mejor adaptarnos porque ellos también te están enseñando algo. Te abren la mente si te pones en su perspectiva. Se puede salvar esa diferencia generacional con la receta tradicional, cariño, comprensión y empatía y los consejos anteriores.